Consultanos por compras fuera de la Argentina y forma de pago a VentasNinaPezEdiciones@gmail.com
En cierta forma conocí a Rosa y sé que, en el germen de su niñez humeante de magia, ya hervían sus pócimas de mujer emancipada, de bruja poderosa. Todas tenemos momentos así en nuestra infancia, y los recordamos con ímpetu. Porque pudimos sobreponernos y levantarnos, gritar cuando teníamos que gritar, correr o enojarnos. Comprendemos que desde que nacimos, tuvimos que empezar a construirnos (a veces solas) nuestra libertad. (…) La incógnita sobre el deseo, cuestión esencial en la vida de todos, se plantea también en la suya propia. Lo que no se modifica a través del tiempo, es su valentía enorme. Rosa nos cuenta sus historias para guardar del olvido su infancia y, en ese gesto de amor, consigue reunirla con la nuestra.
Emilia Gutiérrez
Con la llegada del torrente hormonal
y la irrefrenable trayectoria creciente
en la escala de Tunner de mis partes íntimas,
me sentía la más goma. Incómoda y desconectada.
Estaba perdiendo el control sobre mi cuerpo unisex.
Había decidido seguir con las clases de teatro
que me hacían tanto bien, pero a la vez me estresaba
cómo me sentía entre mis compañeras.
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En cierta forma conocí a Rosa y sé que, en el germen de su niñez humeante de magia, ya hervían sus pócimas de mujer emancipada, de bruja poderosa. Todas tenemos momentos así en nuestra infancia, y los recordamos con ímpetu. Porque pudimos sobreponernos y levantarnos, gritar cuando teníamos que gritar, correr o enojarnos. Comprendemos que desde que nacimos, tuvimos que empezar a construirnos (a veces solas) nuestra libertad. (…) La incógnita sobre el deseo, cuestión esencial en la vida de todos, se plantea también en la suya propia. Lo que no se modifica a través del tiempo, es su valentía enorme. Rosa nos cuenta sus historias para guardar del olvido su infancia y, en ese gesto de amor, consigue reunirla con la nuestra.
Emilia Gutiérrez
Con la llegada del torrente hormonal
y la irrefrenable trayectoria creciente
en la escala de Tunner de mis partes íntimas,
me sentía la más goma. Incómoda y desconectada.
Estaba perdiendo el control sobre mi cuerpo unisex.
Había decidido seguir con las clases de teatro
que me hacían tanto bien, pero a la vez me estresaba
cómo me sentía entre mis compañeras.