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Cien años más es la historia de un bisabuelo y un bisnieto, y la historia de una familia atravesada por alegrías y dolores, con hijos y nietos que nacen, perros que desaparecen, y otras aventuras pintorescas. Pero es también la historia de amor entre un hombre y una mujer, y la historia de un secreto con sabor a romance.
En Cien años más, el autor no sólo cuenta parte de la historia de su familia, sino que recorre la vida de un hombre desde principios del siglo XX hasta el centenario de su nacimiento, recuperando todas las anécdotas y personajes que lo convirtieron en un abuelo legendario.
Mi infancia está hecha de varias cosas, pero el aroma a café con leche y el sabor de las galletitas de limón son el recuerdo más perfecto de aquellas mañanas de verano en las que el abuelo y la abuela comenzaron a contarme esta historia. El sol empezaba a colarse por la ventana y el cuento, como el buen café, le daba calidez a una mañana ya cálida.
No hay sabor como el de los cuentos de la infancia.
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Cien años más es la historia de un bisabuelo y un bisnieto, y la historia de una familia atravesada por alegrías y dolores, con hijos y nietos que nacen, perros que desaparecen, y otras aventuras pintorescas. Pero es también la historia de amor entre un hombre y una mujer, y la historia de un secreto con sabor a romance.
En Cien años más, el autor no sólo cuenta parte de la historia de su familia, sino que recorre la vida de un hombre desde principios del siglo XX hasta el centenario de su nacimiento, recuperando todas las anécdotas y personajes que lo convirtieron en un abuelo legendario.
Mi infancia está hecha de varias cosas, pero el aroma a café con leche y el sabor de las galletitas de limón son el recuerdo más perfecto de aquellas mañanas de verano en las que el abuelo y la abuela comenzaron a contarme esta historia. El sol empezaba a colarse por la ventana y el cuento, como el buen café, le daba calidez a una mañana ya cálida.
No hay sabor como el de los cuentos de la infancia.