Consultanos por compras fuera de la Argentina y forma de pago a VentasNinaPezEdiciones@gmail.com
Que algo esté hecho de pedazos no implica que esté roto. Cada parte del corazón corresponde a una experiencia. Ante el amor, se agranda y se infecta de éxtasis. Ante el desamor, se crea una grieta nueva que resulta en dos mitades: una reservada para el cariño que se mantiene con la dueña anterior y otra que espera a la siguiente. Los problemas de salud mental lo comprimen y amenazan con destruirlo, pero el arte arruina sus planes. Uno de los pedazos está encargado de admirar el paisaje y reflexionar. Como el corazón, este libro representa cada una de estas facetas y, de la misma manera, no está roto, está hecho de poemas.
Grito, no para que me escuchen
sino para sacar lo que tengo para decir,
para dejar de callar con tal de no incomodar.
Muestro mi pecho,
no como desafío,
sino como práctica de libertad.
No me lean, no me premien si no quieren,
no es el punto.
Es para dejar mi conciencia tranquila
sabiendo que tomé mi oportunidad.
En un mar de palabras publicadas,
¿por qué alguien se detendría en mis lágrimas?
Para escribir hace falta talento y práctica.
Para publicar, con un poco de confianza basta.
Y para afrontar el fracaso, autoestima.
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Que algo esté hecho de pedazos no implica que esté roto. Cada parte del corazón corresponde a una experiencia. Ante el amor, se agranda y se infecta de éxtasis. Ante el desamor, se crea una grieta nueva que resulta en dos mitades: una reservada para el cariño que se mantiene con la dueña anterior y otra que espera a la siguiente. Los problemas de salud mental lo comprimen y amenazan con destruirlo, pero el arte arruina sus planes. Uno de los pedazos está encargado de admirar el paisaje y reflexionar. Como el corazón, este libro representa cada una de estas facetas y, de la misma manera, no está roto, está hecho de poemas.
Grito, no para que me escuchen
sino para sacar lo que tengo para decir,
para dejar de callar con tal de no incomodar.
Muestro mi pecho,
no como desafío,
sino como práctica de libertad.
No me lean, no me premien si no quieren,
no es el punto.
Es para dejar mi conciencia tranquila
sabiendo que tomé mi oportunidad.
En un mar de palabras publicadas,
¿por qué alguien se detendría en mis lágrimas?
Para escribir hace falta talento y práctica.
Para publicar, con un poco de confianza basta.
Y para afrontar el fracaso, autoestima.