Consultanos por compras fuera de la Argentina y forma de pago a VentasNinaPezEdiciones@gmail.com
Lo espeso es el segundo libro de una trilogía que comenzó con La Frontera Móvil. Si en el primer poemario la propuesta fue deambular por los bordes, “Lo espeso” propone introducirse de lleno en la materia de un cuerpo poético en formación. Nada esta establecido aquí, todo es promesa, o incluso, espejismo. Lo importante es transitar la densidad que propone, traspasar sus promesas y vivir, si es esto posible, la profecía oracular que declama. Nada es lo que parece sin la voz del lector que complete la melodía. Sin esa otra voz, estos textos no son más que un desierto.
Jugarle todo al 13, manchar el mantel con vino,
besar una boca recién despierta.
Entregar los dedos al juego del cadalso,
dejar el bosque, viajar de extravío en extra fino.
Ahí donde la intersección de pierna con sexualidad
hace con brío un espacio de desesperado desatino.
Desarrollá tranquila vos tu estratagema de futuro seguro,
que yo, me voy a quedar acá, mirando.
Que, con solo pasar el rato,
me satisfago cual navío que se estrella contra ese iceberg
que es estar a tu lado.
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Lo espeso es el segundo libro de una trilogía que comenzó con La Frontera Móvil. Si en el primer poemario la propuesta fue deambular por los bordes, “Lo espeso” propone introducirse de lleno en la materia de un cuerpo poético en formación. Nada esta establecido aquí, todo es promesa, o incluso, espejismo. Lo importante es transitar la densidad que propone, traspasar sus promesas y vivir, si es esto posible, la profecía oracular que declama. Nada es lo que parece sin la voz del lector que complete la melodía. Sin esa otra voz, estos textos no son más que un desierto.
Jugarle todo al 13, manchar el mantel con vino,
besar una boca recién despierta.
Entregar los dedos al juego del cadalso,
dejar el bosque, viajar de extravío en extra fino.
Ahí donde la intersección de pierna con sexualidad
hace con brío un espacio de desesperado desatino.
Desarrollá tranquila vos tu estratagema de futuro seguro,
que yo, me voy a quedar acá, mirando.
Que, con solo pasar el rato,
me satisfago cual navío que se estrella contra ese iceberg
que es estar a tu lado.