Consultanos por compras fuera de la Argentina y forma de pago a VentasNinaPezEdiciones@gmail.com
En un viaje por las estaciones del año y una pausa titulada “Islita”, nace Por si preguntás, un libro que recopila historias de amor, calor, frío y sentimientos encontrados. Inalcanzable o no, todo se vuelve canción o texto.
Ternura, soledad, pasión y juego. Un conjunto de poemas que entrelazan paralelismos de encuentros y desencuentros en las calles porteñas. A cada parte podría asignársele un tango que acompañe los colores, esencias, sensaciones y pensamientos de esta voz, que calla y escribe invitándonos a atravesar, para salir del otro lado, un poco más livianos. Las costumbres pueden volverse dagas o una siesta al sol dependiendo de la estación.
A veces
(por si preguntás)
los gatos duermen todo el día
y el horario en el que la mañana se diluye entre las terrazas,
ellos se alteran.
Parece el último suspiro de la tierra.
Y los peleo.
Descubrí que mis horarios fueron siempre un templo.
La desorganización
disfrazada.
Me adjudico la frazada que decidí robarte,
y todas las espaldas
que alguna vez rasqué.
Consultanos por compras fuera de la Argentina y forma de pago a VentasNinaPezEdiciones@gmail.com
En un viaje por las estaciones del año y una pausa titulada “Islita”, nace Por si preguntás, un libro que recopila historias de amor, calor, frío y sentimientos encontrados. Inalcanzable o no, todo se vuelve canción o texto.
Ternura, soledad, pasión y juego. Un conjunto de poemas que entrelazan paralelismos de encuentros y desencuentros en las calles porteñas. A cada parte podría asignársele un tango que acompañe los colores, esencias, sensaciones y pensamientos de esta voz, que calla y escribe invitándonos a atravesar, para salir del otro lado, un poco más livianos. Las costumbres pueden volverse dagas o una siesta al sol dependiendo de la estación.
A veces
(por si preguntás)
los gatos duermen todo el día
y el horario en el que la mañana se diluye entre las terrazas,
ellos se alteran.
Parece el último suspiro de la tierra.
Y los peleo.
Descubrí que mis horarios fueron siempre un templo.
La desorganización
disfrazada.
Me adjudico la frazada que decidí robarte,
y todas las espaldas
que alguna vez rasqué.